• marzo 18, 2024

Larreta recorrío el Riachuelo

Sobre-esperanzadora promesa que contradice una historia de relocalizaciones diferente a la realidad.

En el día de ayer el jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), Horacio Rodríguez Larreta, recorrió el Riachuelo y afirmó que más de 1.100 familias están por ser relocalizadas, todas ellas ya tienen asignado el lugar al que van a ir y ya se estarían construyendo. Sobre-esperanzadora promesa que contradice una historia de relocalizaciones muy diferente a la realidad que el mandatario anticipa.

Recordemos que en la ciudad debe llevarse adelante la relocalización de mas de 1800 familias.

Hasta el mes de abril de 2016, a casi 8 años del fallo de la Corte Suprema de Justicia, se habían registrado 612 relocalizaciones y otras 391 requerían ser urbanizadas, según datos obtenidos del Informe de Estado de la Causa Mendoza del Ministerio Público de la Defensa de la CABA (2016)*.

“Ello implica que en el tiempo transcurrido se ha avanzado solo en un 35% del total previsto y resta aún la parte más importante de este delicado proceso.

Este es el caso de la Villa 21-24, la mas grande representativa y problemática, en donde los avances alcanzan tan solo un 12%”, alerta Andrés Nápoli, Director Ejecutivo de FARN.

Si consideramos la tendencia de cumplimiento de los últimos 9 años, resultaría simple reconocer que las ambiciosas promesas de construcción de viviendas y efectiva relocalización sugieren, al menos, una exageración.

Por otra parte, y tal como lo ha sostenido permanentemente el Cuerpo Colegiado**, la situación planteada no culmina con el proceso de relocalización de las familias, sino que a partir de allí deben, además, atenderse a otros problemas vinculados con la construcción de las viviendas entregadas y la falta de ejecución de las urbanizaciones previstas, tal como sucede con el Asentamiento Lamadrid, Luján, 

El Pueblito y Magaldi. Y sumado a ello, resultaría esencial contemplar el complejo y difícil proceso de relocalización para los miembros de las familias con sistemas de valores y de relaciones ya afianzados en un entorno. Valores comunitarios que tienen el desafío de dejar parte de su historia para comenzar de nuevo, en un nuevo lugar que no necesariamente comprende mejores condiciones de habitabilidad.

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