• marzo 18, 2024

Guaymallén no da a basto con sus ventas y producción, ¿una empresa que no le afana al cliente?

Cuando lo único que se escucha en estos tiempos es la palabra crisis, también hay empresas que están en su mejor momento, ¿sera porque no le roban al cliente con precios extremadamente caros?

Por la fuerte demanda, la empresa tiene atrasados pedidos por al menos 30 días. Sus dueños cuentan el secreto de su éxito. Próximamente inaugurarán una planta en la zona.

Mientras algunas fábricas luchan por continuar con la producción, los creadores de los alfajores Guaymallen muestran su porvenir en el mercado, asegurando que piensan expandirse porque no dan abasto con los pedidos.

A pesar de que fabrican unos dos millones de alfajores por día, se encuentran atrasados alrededor de un mes con los pedidos por la fuerte demanda.

El dueño de la compañía, Hugo Bacilotta, aseguró a BAE que la clave del éxito es “mucho volumen y baja rentabilidad”.

“Logramos una fórmula de precio y calidad que nos permite vender cada alfajor a $9 al público. Siempre aumentamos menos de lo que tenemos que aumentar. Hoy un alfajor es el desayuno, el almuerzo y la cena de muchos”, aseguró.

En este sentido, explicó que la calidad de la materia prima es la misma que las primeras marcas. “Yo le compro a los mismos proveedores a los que les compra el resto de las marcas que venden a $50 y $60 cada alfajor. El dulce de leche que usamos es Vacalín, por ejemplo.

La diferencia es nuestra rentabilidad, que ronda entre el 5 o 7%. Cada uno maneja su empresa como quiere”, afirma.

El empresario también adelantó que invirtió US$ 2 millones y en marzo del 2020 inaugurará una planta para la que contratará 100 trabajadores más en la localidad de Carlos Spegazzini. “Compramos 50.000 metros cuadrados en el polo industrial y ya construimos un galpón de 5.000 metros cuadrados.

Están llegando las máquinas del exterior. Todo con fondos genuinos, no nos gustan los créditos. Todo lo reinvertimos”, destaca y culmina: “Sé que hay muchas pymes a las que les va muy mal, que me vaya bien a mí, no quiere decir que me ponga contento.

Nuestro secreto es trabajar de 10 a 12 horas por día”.

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