La Historia Negra de la Cárcel de Devoto
La historia que rodea al Barrio de Villa Devoto, tiene varios acontecimientos graves en base a su Cárcel que en 2019 quedaría vacía.
Uno de los hechos más horrorosos y recordados son:
Quémense de a poco el Horror de los Colchones en Villa Devoto
Por aquel 14 de Marzo de 1978, ocurría un caso de Terror en la Cárcel de Devoto.
En un Motín accidentalmente se quemaron colchones y se fue de control, los guardiacarceles luego gritarían: Quémense de a poco y los presos quedarían bloqueados por las llamas y las puertas trabadas.
Esta historia tan triste se la reconoce como ‘’la Masacre del Pabellon séptimo’’ o la masacre de los colchones.
La Cárcel lleva su nombre, por el italiano Antonio Devoto, un verdadero emprendedor, que había llegado al país a mediados del siglo 19 y también fue el fundador del Banco Inmobiliario
Exponente de la Generación del 80, y entre tantas acciones que llevo adelante, se lo cuenta como uno de los promotores de la creación del Hospital Italiano.
Habia construido una mansión que nunca pudo habitar, al fallecer en 1916.
La Cárcel de Devoto, se había construido en terrenos donados por la familia Visillar, en una zona que por esa apoca era las afueras de la Ciudad de Buenos Aires.
Su historia había comenzado en 1927, cuando abrió como una Institución para contraventores, donde alojaban ebrios y vagos y con el pasar del tiempo, fueron alojando a autores de delitos comunes.
La Bautizaron como Servicio de ‘’Alcaldías de la Policía Federal’’, hasta que el 10 de diciembre de 1957 paso a depender del Servicio Penitenciario Federal, llamándose Instituto de Detención de la Capital Federal.
El panorama fue cambiando, las rejas de hierro que rodeaban los 50.000m2 de construcciones fueron suplantadas por muros muy altos.
El complejo carcelario, ubicado entre las calles Nogoya, Bermúdez y Desaguadero y Pedro Lozano, llego hasta alojar 2400 internos, cuando el máximo eran de 1700, y sus celdas ocupadas por todo tipo de delincuentes.
Volviendo al tema, la tragedia comenzó por una discusión entre presos y guardiacarceles, era la noche del lunes 13 de marzo de 1978.
El interno Jorge Tolosa, junto a otros presos estaba mirando el final de una película por televisión.
Un guardiacarcel quiso interrumpirlos para informarles que debían ir a Tribunales al día siguiente, pero nadie presto atención a su orden de que bajasen el volumen del Tv, y recibieron la amenaza del uniformado ‘’Ya van a ver’’, quien fue a dar aviso a su superior.
Según los relatos de Claudia Cesaroni y Denise Feldman, a la mañana siguiente, los presos del pabellón séptimo fueron sorprendeos por una violenta requisa, de la que participaron el doble de personal que lo hacia de costumbre.
Los internos se preguntaban el porque, si la ultima había sido el viernes anterior, y se realizaban siempre cada 10 días.
Pero la verdad era que buscaban al preso indisciplinado, a aquel que se había negado a apagar el televisor esa noche.
Mientras los guardiacarceles revisaban las celdas, tirando al piso objetos personales y comida, los presos eran conducidos con las manos en la cabeza hacia el patio, como era norma en este tipo de procedimientos.
En el medio del pasillo, estos decidieron resistir, arrojándoles a los uniformados todo lo que tenían a mano, utensilios de cocina, calentadores, los guardicarceles que no estaban armados, retrocedieron, pero para regresar, comenzaron a arrojarles a los presos gases, y a los que trepaban a la ventana directamente les disparaban con armas de fuego.
Las bombas al tomar contacto con los colchones que los presos habían colocado a modo de barricada tapando las rejas, produjeron un feroz incendio.
Cuando los presos quisieron abandonar el pabellón, vieron que las puertas estaban trabadas.
Los presos que pudieron sobrevivir a la masacre, contaron que las mismas estaban cerradas con candados.
Las autoridades declararon que habían sido los mismos internos las que las habían trabado, además por el incendio, las rejas estaban al rojo vivo, era imposible salir, se había convertido en una trampa mortal para los internos.
Cuando aparecieron los bomberos, los guardias les dijeron que ya no eran necesarios, que el fuego estaba controlado.
Se calcula que, de 161 detenidos que se alojaban en ese pabellón, unos 65 fallecieron por las quemaduras y asfixia.
Mientras que 85 fueron los heridos, por entonces la población carcelaria de Devoto excedía el 25%.
La Cárcel Devoto seria tristemente famosa, por otros hechos de la historia Argentina, como fue la liberación, el 25 de mayo de 1973, de 1500 integrantes de organizaciones armadas, presos políticos y delincuentes comunes, el día que Héctor J. Campora asumía su presidencia que duraría escasos 49 días, así como el papel que le cupo a la carcel entre 1976 y 1983 como Centro clandestino de detención.
La causa de la ‘’Masacre de los colchones’’, fue finalmente archivada y un grupo de juristas y de organizaciones de derechos humanos, piden su reapertura y que el caso se enmarque como un delito de lesa humanidad.