Se cumplieron ocho años del Papa Francisco

Impulsó reformas, cambios y gestos transformadores en muchos ámbitos. Representantes de todo el mundo saludan al sumo pontífice.

Desde su elección en 2013 como el Papa número 266 de la Iglesia Católica, el primero latinoamericano de la historia, Francisco ha impulsado reformas, cambios y gestos transformadores en muchos ámbitos, algunos de ellos ya imborrables como el pedido universal de “Tierra, Techo y Trabajo” y el recuerdo a la humanidad de que “Nadie se salva solo”.

Columnista:

SEBASTIAN ALBERTO SABA

Muchas de estas iniciativas derivan de su primer escrito como Papa, la exhortación Evangelii gaudium (La alegría del Evangelio, 2013), un texto programático en el que, entre otras definiciones, plantea los cuatro principios rectores de su pensamiento y que luego ha ido aplicando en su pontificado:

1. La realidad es más importante que la idea;

2. El tiempo es superior al espacio;

3. El todo es superior a la parte;

4. La unidad prevalece sobre el conflicto.

1. La realidad es más importante que la idea: los pasos concretos con los movimientos populares.

Además de sus discursos al mundo del trabajo y la economía, una de las revoluciones del pontificado de Francisco es su acercamiento al colectivo de los movimientos populares del mundo, que inició en 2014 con un encuentro en el Vaticano y repitió luego en Bolivia en 2015 y otra vez en Roma en 2016.

En esa trilogía, supo darle forma concreta a las ideas de los diversos grupos de “descartados”, como él llama a los que se quedan fuera del sistema, y materializó el lema de las denominadas “tres T”, Tierra, Techo y Trabajo, convertido desde entonces no solo en un emblema de reivindicaciones sino en un reclamo real que traduce las demandas de gran parte de la humanidad.

Era el 13 de marzo de 2013 cuando, yendo hacia la Logia central de la Basílica Vaticana, dirigía el primer saludo a la gente presente
en la Plaza San Pedro y en conexión con todo el mundo:

”Y ahora, comenzamos este camino: Obispo y pueblo. (…) Un camino de fraternidad, de amor, de confianza entre nosotros.

Recemos siempre por nosotros: el uno por el otro. Recemos por todo el mundo, para que haya una gran fraternidad”.

Las primeras palabras de su Pontificado – “camino”, “fraternidad”. “plegaria” – revelan en seguida un estilo sinodal hecho de encuentros, expresiones y gestos de vecindad, con los que el Papa Francisco comparte el camino del pueblo y promueve la fraternidad humana.

“Rezad por mí”: así al Papa Francisco le gusta a menudo concluir sus discursos, palabras que revelan una necesidad concreta del Pontífice de sentir el apoyo de su pueblo para la gracia de su ministerio.

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