La Casona histórica que nadie defiende en Villa Devoto

Pareciera que solo esperan que se caiga para luego proceder con algún emprendimiento inmobiliario, ya que nadie hace nada pese al desesperado pedido de los vecinos por restaurarla.

La casona en disputa esta muy deteriorada y los vecinos y vecinas del barrio quieren conservarla como museo y centro cultural, pero el proyecto como suele pasar con muchas cosas los legisladores lo tienen cajoneado sin razón.

En esta casona ubicada en el barrio porteño de Villa Devoto vivió un histórico dirigente radical, que data de inicios del siglo 20, -está a punto de perder la protección patrimonial que la mantiene en pie y podría ser demolida para dar paso a una moderna construcción.

Esta mala noticia puso en alerta a vecinos que piden por la expropiación del predio a sus dueños, una empresa inmobiliaria, para que allí se instale un museo.

La propiedad, situada en José Cantilo 4500, perteneció al político radical Francisco Beiró, quien acompañó a Hipólito Yrigoyen en la fórmula presidencial en las elecciones de 1928, no llegó a asumir porque murió poco antes, y al que se atribuye la popularización de las boinas blancas como símbolo del partido cuando convocó a concurrir a un acto con ese distintivo para ser fácilmente reconocidos.

Beiró habitó la vivienda hasta su fallecimiento y, posteriormente, sirvió como residencia de sus familiares hasta hace poco más de una década, en 2009, cuando dos de sus nietas, muy jóvenes, vendieron la casona a una firma de bienes raíces muy conocida en la zona que proyectó, por entonces, la idea de deshacerse de la vieja estructura y levantar una nueva construcción en un barrio con alto valor inmobiliario.

Pero la apuesta quedó trunca y, desde aquellos años, la casa está abandonada y en ruinas por la falta de mantenimiento de las instalaciones, situación que se agrava con cada lluvia que cae sobre Buenos Aires debido a que las hojas de los árboles que rodean la edificación obstruyen los desagües de las canaletas del techo, lo que genera una importante acumulación de agua que ejerce presión sobre el resto de la estructura.

El deterioro puede verse tanto en el interior como en el exterior de la casa: las rejas de ingreso que exhiben las letras iniciales FB tienen muestras de óxido; los vidrios de la puerta están destrozados; las paredes y techos de adentro al borde del colapso; la carpintería, los mármoles y granitos de los revestimientos originales se perdieron y los vitraux lucen incompletos.

Debido a este triste panorama, vecinos y vecinas de Villa Devoto impulsaron un proyecto años atrás para que el predio sea expropiado a sus actuales propietarios y convertir a la vieja casona en un museo y un espacio cultural y social abierto al barrio.

La intención era evitar la pérdida de una joya arquitectónica que construyó el propio Beiró a inicios del siglo 20 y que, por entonces, ocupaba un cuarto de manzana con un sector de caballerizas y otro para la cría de gallinas.

La iniciativa está estancada en la Legislatura, donde debe tener el acompañamiento de más de 40 de los 60 diputados que conforman el recinto, por lo cual el grupo vecinal está preocupado ante la posibilidad que caiga la vigencia de una ley que contempla la protección patrimonial que el inmueble tiene por su valor histórico, lo que impide la demolición de la estructura.

Marta Liotto, vecina de Villa Devoto, sostuvo que “la casa no se puede tirar abajo porque tiene protección histórica, pero si los techos se caen por la presión del agua, entonces esa protección se pierde.

Por eso queremos que se apruebe la expropiación cuanto antes porque la propiedad está muy mal y pasan los años y no encontramos una solución para este sitio por el que pasó una gran parte de la democracia argentina”.

Edgardo Tosi, presidente la Junta De Estudios Históricos de Villa Devoto, aseguró a Télam que en el barrio “se está permitiendo destruir sectores que estaban protegidos por leyes anteriores”.

“Como ruina, la casa tiene un gran valor simbólico. Muestra que la sociedad no supo protegerla”, se lamentó el historiador, que también cuestionó el atasco de la propuesta para la expropiación en la comisión de Presupuesto de la Legislatura.

La petición para salvar a la antigua vivienda también llegó a las redes sociales, donde los titulares de las cuentas “buenosairesperdida” y “casa.beiro” denunciaron el abandono y plantearon la posibilidad que sea un acto adrede “para que se deteriore y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires autorice su demolición”.

“Hay un abandono total y es un lugar emblemático”, dijeron a Télam desde la cuenta “buenosairesperdida”, que publicó una serie de imágenes que retratan el estado derruido del inmueble; mientras que desde casa.beiró, su usuario calificó la situación actual de “mala porque se está perdiendo el patrimonio”, por lo que abogó para que “haya una voluntad política para recuperarla”.

Beiró nació en Rosario del Tala, Entre Ríos. En 1876, ingresó a la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, donde se doctoró en 1901.

Fue intendente interino de la Capital, ministro del Interior, y tuvo un rol clave para el progreso de Villa Devoto ya que impulsó el empedrado de calles y la colocación del alumbrado público.

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