El Museo Larreta inaugura una exposición que rescata una joya del arte argentino
El espíritu del monte vuelve a cobrar vida en Belgrano. Tras más de un siglo ocultas, las pinturas creadas por Ricardo Güiraldes y Alfredo González Garaño para el ballet “Caaporá” se exhibirán nuevamente en el Museo de Arte Español Enrique Larreta.
La muestra, curada por la investigadora María Elena Babino, promete redescubrir una pieza olvidada del arte argentino que fusiona modernidad, mitología guaraní y una mirada crítica sobre la identidad nacional.
Esta exposición recupera una obra que fue adelantada a su tiempo y que hoy permite repensar la relación entre lo indígena y lo moderno, expresó la curadora María Elena Babino, autora del libro Caaporá. Un ballet indígena en la modernidad.
“El diálogo entre Güiraldes y González Garaño revela una visión artística profundamente americana, que se aparta de los modelos europeos dominantes del siglo XX”, agregó.
El próximo jueves 30 de octubre a las 18 horas, el Museo Larreta (Av. Juramento 2291) abrirá sus puertas a una muestra inédita: Caaporá: Cuerpos pintados y travesías americanas.
La exposición reúne las pinturas realizadas entre 1915 y 1917 por Ricardo Güiraldes y Alfredo González Garaño para un ballet que nunca llegó a estrenarse, pero que anticipó búsquedas estéticas y simbólicas claves de la cultura argentina.
La exhibición forma parte de un trabajo de recuperación patrimonial encabezado por el Ministerio de Cultura de la Ciudad, que incluyó un proceso minucioso de restauración y puesta en valor de las piezas originales.
Estas obras permanecieron resguardadas durante décadas en el Museo Gauchesco Ricardo Güiraldes de San Antonio de Areco y en el Fondo González Garaño de la Academia Nacional de Bellas Artes.
Hoy, gracias a un esfuerzo conjunto entre instituciones públicas y privadas —entre ellas la Asociación Amigos del Museo Larreta, la Municipalidad de San Antonio de Areco y la Universidad Nacional de San Antonio de Areco—, el público podrá contemplarlas nuevamente.
“Caaporá” fue concebido como un ballet moderno inspirado en leyendas guaraníes. Su título hace referencia a un espíritu protector del monte, figura ambigua de la tradición indígena: salvaje y mágico, pero también símbolo de la naturaleza amenazada.
La intención de Güiraldes y González Garaño era llevar a escena una obra que uniera lo ancestral con lo contemporáneo, en una época en la que el arte argentino buscaba consolidar su identidad entre influencias europeas y raíces locales.
Aunque el ballet nunca se representó, sus bocetos y pinturas conservan una fuerza expresiva que hoy adquiere un nuevo significado.
Las imágenes, cargadas de color y movimiento, exhiben cuerpos pintados, máscaras y paisajes selváticos que se apartan de los cánones estéticos de su tiempo. Para Babino, esta obra es un testimonio del esfuerzo por “pensar lo americano desde lo propio”, sin reducirlo a una mirada folclórica o exótica.
El contexto histórico de Caaporá también resulta revelador. En 1915, mientras en Europa la Primera Guerra Mundial transformaba las artes y la cultura, en el Río de la Plata emergían intelectuales que buscaban una modernidad alternativa, arraigada en los mitos y la geografía del continente.
Güiraldes, que años más tarde publicaría Don Segundo Sombra, ya exploraba entonces la tensión entre civilización y naturaleza, una preocupación central en su obra literaria.
Por su parte, Alfredo González Garaño, artista plástico y escenógrafo, aportó a Caaporá su mirada vanguardista sobre el cuerpo y el color.
Sus diseños para los personajes del ballet anticipan el interés por el movimiento, el ritmo y la teatralidad que caracterizaría a las artes visuales de la década siguiente.
Los trazos vigorosos, la ornamentación inspirada en motivos indígenas y el uso simbólico del color hacen de estas pinturas un eslabón esencial en la historia del arte argentino moderno.
La exposición Caaporá: Cuerpos pintados y travesías americanas propone un recorrido por las distintas etapas del proyecto original: desde los bocetos iniciales y los textos escénicos de Güiraldes, hasta las pinturas finales.
Además, se exhibe material documental que contextualiza la creación del ballet y su recepción en los círculos intelectuales de la época.
El Museo Larreta, con su arquitectura hispánica y sus jardines andaluces, se convierte así en el escenario perfecto para revivir esta travesía artística americana.
La combinación entre el entorno del museo y la temática selvática de las obras genera un contrapunto visual que invita al espectador a reflexionar sobre los cruces culturales y la identidad mestiza.
En palabras de Babino, Caaporá “nos recuerda que la modernidad argentina también fue indígena, americana, corporal y simbólica. Esta muestra busca rescatar esa herencia y ponerla en diálogo con el presente”.
El público podrá visitar la muestra de lunes a viernes de 11 a 19 horas, y los fines de semana y feriados de 11 a 20, con entrada general de $10.000 y tarifas reducidas para residentes, jubilados y estudiantes. Los miércoles la entrada será libre y gratuita.
Volver a ver Caaporá es reencontrarse con un fragmento olvidado de la historia artística argentina. Más de un siglo después, las pinturas de Güiraldes y González Garaño reaparecen para recordarnos que el arte, cuando se atreve a mirar hacia sus raíces, puede ser siempre contemporáneo.