El nuevo folclore halla una atractiva interpretación
“El concepto del disco es el ‘Por seguir’, de Raúl Carnota, que habla de un otro y habla del amor”, aseguró Sendot durante una entrevista con Télam en su casa del barrio porteño de Villa Pueyrredón donde también funciona su atelier de artista plástica.
En el mismo sentido, la vocalista, de 26 años, sostuvo que “la mirada renovadora de Carnota junto a la de otros como Juan Quintero o Carlos ‘Negro’ Aguirre, me generan una cosa de mucha cercanía con el folclore”.
Belén utiliza obras de esos autores como núcleo de un cuidado y atractivo material capaz de corporizar su vínculo personal con el género que forjó durante su infancia en el partido bonaerense de Saladillo donde, evocó, “el folclore se respiraba de manera muy natural”.
Y el aporte personal de esta dotada intérprete llega para confirmar que esa rica obra que es un valioso eslabón entre los próceres del género y las nuevas generaciones, también permite un tipo de interpretación depurada que se aleja de cierto canon estético de canto que parecía imponerse como único o necesario abordaje.
El disco, además de la citada pieza de Carnota (1947-2014) que le da nombre, reúne “Camino a Chuquis” (Luis Chazarreta), “Maricón” y “Coplas al agua” (ambas de Juan Quintero), “Zamba del laurel” (Armando Tejada Gómez y Gustavo Leguizamón), “Las golondrinas” (Eduardo Falú y Jaime Dávalos), “La Sixto Violín” y ”Luna de Guitian” (las dos Carnota) y “Zamba de mancha y papel” (Carlos Aguirre).
Belén Sendot
La placa con arte de tapa de la misma cantante completa su recorrido con “Amorosa Palomita” (Gonzalo Hermosa), “Resolana” (Eduardo Falú), “Remolinos” (Manuel Tejón), “Candombe Bailador” (Daniel Maza y María Volonté) y una pieza de la propia Belén titulada “Se hace canción”.
Para la protagonista y responsable de esa hoja de ruta, “la intención fue tocar profundamente de alguna manera el hecho de atravesar momentos que tienen que ver con el duelo y la transformación”, según reflexionó.
Aunque el color predominante del trayecto propuesto se expresa en la voz de Belén Sendot acompañada por la guitarra de Ignacio Eguía, dupla original del proyecto, el registro luego suma numerosos aportes como los de las intérpretes Lorena Astudillo y Laura Luz de Iudicibus, los violines de Manu Sija y Natalia Calfayan, Juan Ignacio Sicardi (piano), Gustavo Ecclesia (voz y guitarra), Micaela Chauque (quena y sikus), Nahuel Villegas (percusión) e Ignacio Candileri (contrabajo).
Buena parte de esos invitados se sumarán al ahora terceto que Belén comparte con Eguía (guitarra) y Villegas (percusión) para la esperada presentación de “Por seguir” en el bello espacio del barrio de Palermo.
Télam: ¿De qué manera trabaja la voz?
Belén Sendot: Al canto siempre busco perfeccionarlo y por eso además de haberme formado en el canto lírico, desde hace casi tres años estudio con Lorena Astudillo, pero mi búsqueda pasa por sentir lo que canto, por ir viviendo la canción palabra a palabra y que se note en la voz el gesto de lo que quiero decir.
T: ¿Cómo aparece el folclore en su horizonte musical?
BS: El folclore me eligió a mí, después de que pasé por la típica banda de rock y también canté a Celine Dion en el colegio.
T: ¿De qué modo conviven la cantante y la artista plástica?
BS: Perfectamente. Cuando canto veo imágenes y me imagino paisajes, pero además escucho música cuando pinto que es mi espacio de introspección donde conecto conmigo. La música, entonces, me da esa veta social de ponerme en contacto con los demás. Pero lo que me parece fundamental es que, más allá de las disciplinas, el arte siempre es sanador.
T:¿Y cómo percibe esa conexión con el escucha?
BS: Muy bien. Me han dicho que es un disco que acompaña, que es compañero. Me gusta que el otro pueda sentir el disco como yo lo sentí al hacerlo.
Belén Sendot presentará su nuevo álbum el jueves próximo desde las 21 en la sala de Café Vinilo (Gorriti 3780).