Cuadernos de la Shoá, declarado de interés cultural
La publicación anual tiene como finalidad transmitir contenidos educativos sobre el holocausto con un sentido prospectivo.
El salón Dorado colmado fue el escenario donde la Legislatura declaró de interés cultural a los Cuadernos de la Shoá, que ya va por la séptima edición anual y se distribuye gratuitamente a escuelas e instituciones, utilizada como herramienta pedagógica en todos los niveles. El número 7 de mayo de 2017 está titulado: “Escapes y destinos. Dimensión Geográfica de la Shoá”. La norma que reconoció a la publicación, editada por sobrevivientes del holocausto y sus descendientes, fue de autoría de los diputados Francisco Quintana (PRO) y Maximiliano Ferraro (CC).
Al comenzar el acto se proyectó un video del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, donde se retrató la tragedia de los que tienen que dejar sus hogares y sus vidas, cuestión que afecta hoy a poblaciones de Asia Occidental.
El locutor oficial de la Legislatura, al finalizar la proyección, leyó: “Toda guerra, todo hecho genocida involucra grandes desplazamientos de poblaciones. Ilustrar lo que sucedió con el pueblo judío invita a revisar y pensar lo que pasó y sigue pasando, con otros pueblos en similares condiciones de persecución”
Ferrraro destacó el ejemplo de los descendientes de los hebreos: “existe un imperativo ético y moral de cada uno de nosotros de recordar lo que le pasó al pueblo judío en el siglo XX”, como un desafío moral para que “no impere el olvido en nuestra sociedad”, que hizo extensivo a “el valor de cada uno de los individuos”, por encima de su condición social, étnica, nacional, sexo, idioma, religión u opinión, entre otros aspectos.
Diana Wang, presidenta de Generaciones de la Shoá, una de las instituciones editoras, explicó que “el holocausto es algo que nos pasó, pero lo que hagamos de ello, eso sí está en nuestras manos. Por eso la colección de los Cuadernos es un ejemplo”. Contó que deciden la temática de cada número, como Víctimas, Perpetradores y Testigos o Genocidios del Siglo XX, en base a “aquello que nosotros mismos querríamos leer”. Reconoció que la producción se basa en “trabajo, esfuerzo y curiosidad”. Y afirmó que “la shoá no nos pertenece, hemos sido sus víctimas. No tuvo precedentes, pero hoy es un precedente”.
A continuación Aida Ender, editora responsable de Cuadernos de Shoá comenzó su alocución explicando que “la historia de la humanidad es la historia de las migraciones” y destacó que “el pueblo judío en milenios mantuvo un núcleo de identidad”. Sobre las experiencias del holocausto afirmó que “lejos de haber quedado en el pasado, hoy se revive en los refugiados que huyen por sus condiciones económicas, políticas y las guerras”. Ender pidió “que se cierre el temible agujero de la indiferencia” y finalizó citando a Mahatma Gandhi: “no hay caminos para la paz, la paz es el único camino”.
Uki Goñi, periodista que trabajó durante la última dictadura militar en el periódico Buenos Aires Herald, único medio que recibía denuncias sobre los desaparecidos y actual corresponsal del periódico británico The Guardian, fue el último en dirigirse al público.
“En Argentina está presente el negacionismo, como pasa en Austria y Alemania.
El objetivo es sembrar duda en nuestras mentes, hacernos titubear de la veracidad de lo que veníamos creyendo, para transformar los hechos objetivos en materia de opinión, borrando las certezas.
El primer paso es arrojar dudas”
El periodista afirmó que la discusión sobre el número de las víctimas “debe estar en manos de académicos y no de políticos”, que no son estudiosos del tema.
“Los nombres de los desaparecidos o de los muertos del holocausto no están en su totalidad”, afirmó y agregó que estas disquisiciones son muy caras para abordarlas con superficialidad.
“El preconcepto es enemigo del conocimiento”, afirmó Goñi y dijo que en muchos casos “la opinión es el disfraz de la ignorancia”.
Para finalizar, dos músicos interpretaron la canción titulada “¿Dónde puedo ir?” escrita en Idish por Oscar Trock, sobre una melodía compuesta por Igor Korntoier, asesinado en Auschwitz, en el cual se pudo leer traducido el texto que hablaba sobre la inmensidad del mundo y la imposibilidad de huir del confinamiento.
Durante el acto, además de autoridades nacionales y locales, dirigentes de organizaciones e instituciones educativas, estuvieron presentes la diputada Claudia Calciano (PRO) y la subsecretaria de Derechos Humanos porteña, Pamela Malewicz.