Claves para detectar un ACV,
Es tan frecuente que está considerada la tercera causa de muerte en la argentina y el mundo.
Si se produce porque se obstruye una arteria cerebral se denomina “isquémico”.
En cambio, cuando se rompe una arteria cerebral y se forma un hematoma en el tejido, es un ACV hemorrágico. Cualquiera sea su tipo, debe tratarse de inmediato para que no queden secuelas.
Se calcula que nueve de cada diez personas que lo padecen quedan con alguna discapacidad o daño cerebral.
“En materia de ACV decimos que, cuánto más tiempo se pierde, más cerebro se pierde”, explica Carlos Morasso, médico neurólogo del Hospital Piñero – dependiente del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires-, quien revela que el tratamiento es más efectivo si se realiza dentro de las tres a cuatro horas y media de producido el evento.
Se estima que hay al menos 40.000 casos nuevos por año en el mundo.
Cada 4 minutos se produce un ataque cerebral en el mundo y sólo uno de cada 4 pacientes llega a tiempo al hospital.
Por eso es fundamental reconocer qué es lo que sucede en el cuerpo de una persona que está atravesando un cuadro de ACV.
Según Morasso, los síntomas que se presentan en forma repentina son:
• Pérdida de sensibilidad y/o fuerza de un lado u otro de la cara, brazo o pierna.
• Dificultad para hablar o comprender el lenguaje.
• Pérdida transitoria de la visión.
• Dolor de cabeza intenso y súbito.
• Pérdida del equilibrio, vértigo.
• Imposibilidad de caminar y ejecutar maniobras de forma coordinada.
Ante la presencia de cualquiera de estos síntomas, es importante actuar de forma inmediata para ser atendido por un médico o llamar al 107, la línea del Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME) de la Ciudad.
Las estimaciones más recientes de los especialistas señalan que a nivel global hay al menos 40.000 casos nuevos por año.
Esta cifra podría disminuir en gran medida si la población se enfocara en la prevención.
Si bien hay factores de riesgo preeminentes como la edad (a mayor edad, más probabilidades de contraer un accidente cerebro vascular), haber sufrido previamente un evento vascular cerebral y/o tener antecedentes en la familia, que no podemos modificar, hay otros como la hipertensión arterial, la diabetes, el colesterol alto, la vida sedentaria, el tabaquismo y el consumo de drogas, que se pueden alterar mediante la intervención médica.
Saber de qué se trata un accidente cerebrovascular, detectar cuáles son sus síntomas y trabajar en los factores de riesgo modificables es una manera de prevenir y curar.