Incendio en un pabellón en la cárcel de Devoto
La mayoría de los presos dormía en el pabellón 30 de la cárcel de Devoto, el mismo penal que cuatro días antes había sido noticia por una llamativa fuga. Eran cerca de las cuatro de la madrugada.
De repente, uno de los detenidos, Isaías Soto, prendió fuego un colchón junto con otro interno, Cristian Pérez.
Las llamas se extendieron rápidamente y no terminó siendo una tragedia porque los celadores estaban despiertos e intervinieron rápidamente.
Las razones del origen son confusas: algunos hablan de una pelea con otros reclusos por un robo a uno de los recién ingresados, otros que Soto lo hizo “para armar bardo”.
Lo concreto es que “el foco ígneo”, como lo calificó el Servicio Penitenciario Federal (SPF), dejó seis heridos, uno de los cuales se encuentra en terapia intensiva con el 50 por ciento del cuerpo quemado.
Todo ocurrió en uno de los pabellones de ingreso al único establecimiento penitenciario que hay en la ciudad de Buenos Aires, inaugurado en 1927, que va camino a su demolición y cuyos 2.200 internos serán trasladados a una unidad que se está construyendo en Marcos Paz.
Según fuentes consultadas por Clarín, tiene capacidad para 14 presos y en ese momento había 9. Allí es habitual que se mezclen los reincidentes con otros que han sido echados de distintos pabellones por mal comportamiento.
A los más nuevos les roban lo poco que llevan encima. Y plantarse significa una pelea asegurada, con consecuencias que pueden ser fatales.
Los acusados de iniciar el fuego fueron denunciados por “estrago doloso”.
“En horas de la madrugada, uno o más internos alojados en el pabellón 30 del Complejo CABA iniciaron un foco ígneo, situación que derivó en el traslado de cinco a distintos nosocomios extramuros para una mejor asistencia médica“, señaló el SPF en un comunicado de prensa ante una consulta de este diario.
El comunicado del Servicio Penitenciario Federal (SPF) sobre el incendio en la cárcel de Devoto.
Además, subrayó que “el personal penitenciario activó rápida y eficientemente el protocolo de normalización, siguiendo las prácticas en vigencias, evacuando rápidamente a la totalidad de los alojados en el interior del pabellón en cuestión“.
“Se brindó atención y asistencia médica por los profesionales del Complejo como así también se procedió a la pronta derivación de los más perjudicados, evitando un estrago mayor.
En virtud a los hechos acontecidos, se labraron las actuaciones administrativas pertinentes, efectuando la comunicación correspondiente al Juzgado de turno competente.
Por su parte, la administración penitenciaria denunció a los internos por estrago doloso“, cerró el organismo.
De acuerdo a los datos que pudo corroborar Clarín, Soto está preso por “daño” (rompió la puerta de un auto en la calle, al parecer para robar) y fue condenado a un mes de prisión de cumplimiento efectivo.
Su abogado le pidió al juez que lo alojara en Devoto, ya que por los mismos antecedentes ya había estado detenido en Marcos Paz y Ezeiza, donde no tuvo una buena convivencia, tanto con internos como guardiacárceles. Y un juez aprobó la solicitud.
No fue una buena semana para el SPF. El lunes se fugó Jorge Daniel Brítez (34), en extrañas circunstancias. Acusado de un homicidio y dos robos calificados, había entrado al superpoblado penal de Devoto con el nombre de su hermano, Ángel Antonio (32), al que tuvieron detenido algunas horas en su casa de Quilmes, cuando ya brindaban por la recaptura, hasta que se dieron cuenta del papelón.