La Facultad de agronomía manifestó la urgente necesidad de sancionar una Ley Nacional de Humedales
La decisión fue aprobada de manera unánime por el Consejo Directivo que consideró la importancia de responder a la demanda social que impulsa la protección de los humedales, debido a los gravísimos conflictos socioambientales generados por su uso irresponsable.
La Facultad de Agronomía ofreció al Poder Legislativo de la Nación el apoyo técnico para su tratamiento.
Nuestro país arde. Según el último informe del Servicio Nacional del Manejo del Fuego, las provincias de Córdoba, Jujuy, Tucumán, Santa Fe, Entre Ríos, San Luis, Corrientes, Misiones, Chaco, Salta, Catamarca y La Rioja, están siendo seriamente afectadas por el fuego que se propaga libremente. Asimismo, los incendios en las islas del Delta del Paraná registraron más de 8000 focos y arrasaron con más de 90.000 hectáreas consumidas por las llamas. A nivel nacional, representan más de 430.000 hectáreas afectadas.
Frente a la grave situación que atraviesa la Argentina, y a raíz de un pedido elevado por la mayoría del claustro de estudiantes, la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) manifestó la necesidad urgente de sancionar una Ley Nacional de Manejo y Conservación de Humedales, como respuesta a la demanda social que impulsa la protección específica de los humedales, debido a los gravísimos conflictos socioambientales que está generando su uso irresponsable.
La resolución, aprobada de manera unánime por Consejo Directivo, señaló que el incumplimiento de la Ley Nacional de Manejo del Fuego (Ley N° 26.562) deriva en la falta de control del uso del fuego realizada sin normas de seguridad, ni asesoramiento técnico, poniendo en riesgo la producción y la vida de pobladores locales. “Estas problemáticas ponen en evidencia la falta de regulación específica y necesaria en la protección de los humedales”, resaltó el documento.
Los expertos y expertas en la temática coinciden, al igual que la Comisión de Interpretación y Reglamento de la FAUBA, que los humedales brindan servicios y funciones ecosistémicas indispensables: agua potable dulce y de calidad, filtrado y retención de nutrientes y contaminantes, provisión de alimentos, madera, fibras y combustibles. “Juegan un papel fundamental en la regulación climática, el mantenimiento de las fuentes y caudales de agua, la protección contra fenómenos naturales como por ejemplo la regulación de inundaciones y sequías, estabilización de costas, entre otros. Son sumideros de carbono”, destacó la Comisión.
El Ing. Agr. Héctor Rosatto, integrante de la Comisión y docente de la FAUBA, aseguró que los humedales “son también reservorio de biodiversidad al brindar alimento, refugio y sitios de reproducción, para numerosas especies de invertebrados, aves, peces, reptiles y mamíferos. Nuestra Facultad, a través de las carreras que imparte está relacionada en forma directa e indirecta con estas problemáticas pero, además, nuestra institución como integrante de la sociedad y por su labor en el territorio de nuestro país debe manifestar su opinión y aportar sus saberes para lograrlo”.
En relación con la situación actual de los humedales en Argentina, el Ing. Rosatto sumó: “Lamentablemente la situación de los humedales en nuestro país es similar a la planteada por la Corte Suprema de Justicia, que declara que cubren solamente el 2,6% de la tierra, pero desempeñan un papel desproporcionadamente grande en la hidrología por unidad de superficie’.
Es decir, son sitios donde se desarrolla el ciclo hidrológico, responsable del agua dulce en nuestro planeta. Además, hay un consenso en que los humedales aumentan la resiliencia de las comunidades biológicas (entre las que nos encontramos) frente al cambio climático”. Esto resulta particularmente importante, considerando que en nuestro país la superficie ocupada por humedales fue estimada en 600.000km2, lo que representa el 21,5% de todo el territorio nacional.
A su vez, explicó que la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en su fallo de julio de 2019, menciona que: “el paradigma jurídico que ordena la regulación del agua no tiene en cuenta solo los intereses privados o estatales, sino los del mismo sistema, como bien lo establece la Ley General del Ambiente. En efecto, al tratarse de la protección de una cuenca hídrica y, en especial, de un humedal, se debe valorar la aplicación del principio precautorio (art. 40 de la ley 25.675)”. Y establece que “las controversias ambientales y de agua deberán ser resueltas en tribunales, y las leyes de aplicación interpretadas del modo más favorable a la protección y preservación de los recursos de agua y ecosistemas conexos”. “El contar con esta norma, implica contar con una ley de aplicación específica, de allí su importancia jurídica”, dijo Rosatto.
Para la FAUBA, las reservas de humedales en la Argentina se encuentran en vías de desaparición y degradación progresiva debido al mal manejo y ausencia de regulación de actividades humanas, principalmente agropecuarias, industriales y urbanísticas. “Los humedales tienen importancia como salvaguardas del patrimonio cultural al haber alojado históricamente comunidades locales y pueblos originarios hasta la actualidad, y que tanto la conservación como el ordenamiento de estos sitios resulta fundamental para conservar los valores culturales locales, sus modos de vida, tradiciones, saberes y su historia”, expuso la resolución del CD.
De este modo, y considerando que en la Facultad de Agronomía se dictan carreras relacionadas directa e indirectamente a la problemática, la FAUBA ofreció al Poder Legislativo de la Nación todo el apoyo técnico para su tratamiento, así como la responsabilidad de formar profesionales comprometidos y comprometidas con las problemáticas socioambientales.
En este sentido, la consejera estudiantil por la mayoría y representante del FANA, Luna Gril, sostuvo que “es importante como estudiantes y futuros y futuras profesionales involucrarnos en las problemáticas socio-ambientales que aquejan a nuestra sociedad, trabajando con un intercambio fluido con quienes viven en los territorios, generando vínculos que no solo aporten a nuestra formación, sino también elementos para pensar herramientas que sean viables en función de las demandas y necesidades territoriales”.