Prácticas en INTA: experiencias de estudiantes
Estudiantes de la Tecnicatura en Producción Vegetal Orgánica realizan prácticas pre-profesionales en el predio Pro Huerta del Partido de Ituzaingó, gracias al convenio que mantiene la FAUBA con el INTA.
Un trabajo de organización social-grupal que permite intercambiar y aplicar en el campo lo aprendido en el aula.
Por tercera vez, se llevó a cabo la renovación del Convenio de Comisión de Estudios entre la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), que permite a las/os estudiantes de la Facultad realizar sus prácticas pre-profesionales en las diferentes Estaciones Experimentales y Agencias del INTA.
Paulina Calatayud y Victoria Maciel son alumnas de la Tecnicatura en Producción Vegetal Orgánica de la FAUBA y, desde hace unos años, realizan sus prácticas en el espacio productivo de Pro Huerta, en la Estación Experimental Agropecuaria Área Metropolitana de Buenos Aires del Partido de Ituzaingó. Un trabajo de organización social-grupal donde las/los pasantes trasladan al campo los conocimientos que fueron adquiriendo en el aula.
“Comencé las prácticas en 2017, luego de haber realizado el taller de huerta agroecológica en INTA AMBA, en aquel momento me ofrecieron acceder a una pequeña parcela del predio de ‘parque huerta’ -predio municipal- dentro de INTA AMBA En 2018, gracias a esa ‘pequeña y grata primera experiencia’, el Ing. Agr. Esteban Rubio, técnico responsable de campo de INTA, nos ofreció poder ampliar el espacio productivo en el predio de Pro Huerta, por lo cual abrimos y compartimos la convocatoria con más compañeras/os de la facultad con quienes cursamos la tecnicatura y compartimos desde entonces, hasta la actualidad, el proyecto de huerta y espacio productivo que evoluciona constantemente a medida de la integración de nuestros aprendizajes y logros compartidos”, contó Paulina.
La experiencia en el espacio implicó (e implica) una planificación conjunta de los cultivos, armar los surcos, combinar el uso de maquinarias con los operarios y técnicos de Instituto; planificar e instalar el sistema de riego por goteo, preparar la cama de siembra con distintas herramientas como rotocultivador o laya, elaborar plantines con semilla propia o provista por el INTA, elaborar biopreparados con distintas utilidades, desmalezar manual o con azada, recolectar much dentro del mismo predio para cubrir los lomos sembrados, entre otras.
“El trabajo consiste en organizarnos entre compañeras/os, planificar y llevar adelante todas las tareas que sean necesarias para que la huerta funcione.
Es una oportunidad muy importante porque de otra manera quizás no hubiese tenido la posibilidad de poner en práctica todo lo aprendido. También es importante para poder integrar los conocimientos que nos brinda cada materia cursada”, expresó Victoria.
La realización de prácticas pre-profesionales en las Estaciones Experimentales representa una gran oportunidad que brinda la FAUBA y el INTA y que se renueva año tras año, para que las/os estudiantes apliquen lo aprendido en el campo, intercambien, sociabilicen y transiten sus primeros pasos en el mundo laboral.
“Es tan importante que la facultad y el INTA brinden posibilidades de realizar prácticas pre profesionales para experimentar de forma directa el intercambio con la tierra y sus procesos intrínsecos, aplicando todo lo aprendido en nuestra casa de estudios, de otra forma hubiera sido más difícil tener esta práctica a campo en paralelo al aprendizaje de la tecnicatura, destacando la importancia del desarrollo de la agricultura periurbana.
Ha sido un antes y un después en mi vida, estoy inmensamente agradecida a la educación pública y de calidad, destacando la calidez y entrega humanas que fui encontrando en profesores y técnicos de ambas instituciones, como la Ing. Marcela Ablin (tutora por FAUBA) y el Ing. Francisco Pescio (tutor por INTA) que nos apuntalan cada vez que los necesitamos” expresó Paulina.
Y reflexionó sobre la necesidad de que se promulgue una ley que regule el acceso a la tierra. “Creo que es urgente tratar la ley del acceso a la tierra, facilitando su acceso a productores familiares y de pequeña escala, para el desarrollo de la agricultura periurbana por parte de los que estamos comenzando en este camino, pensando en construir un mundo mejor que alimente de forma consciente, promoviendo la salud y bienestar de todo el ecosistema como un todo.
Para cerrar, Victoria sumó: “La experiencia me dio un espacio aparte de la facultad para relacionarme con compañeros y futuros colegas. Estar en un predio que es una dependencia de INTA es un aprendizaje en sí mismo, ya que compartimos espacio y charlas con operarios, técnicos y profesionales de mucha experiencia y recorrido.
Al mismo tiempo creo que me está dando la posibilidad de desarrollar experiencia en el trabajo a campo y verlo como un oficio a aprender y poner en práctica: el trabajo hortícola intensivo.
Las jornadas son cansadoras, pero al final del día podemos llevarnos el fruto de nuestro trabajo a casa para compartir con nuestra familia”.