• marzo 19, 2024

Cuando la ludopatía y las deudas se reflejan en una serie: “El Juego del calamar”

Existen personas que por su pésimo manejo financiero y vicios suelen terminar envueltos en deudas infinitas, en esta serie utilizan todas esas negativas acciones para desarrollar una atrapante serie.

La serie coreana ha obtenido una recepción altamente positiva por parte de la crítica y la audiencia en general; además, desde su estreno se ha vuelto tendencia en las redes sociales.

La nueva serie de Netflix, “El juego del calamar” es una de las producciones del momento desde su estreno, a pesar de partir de una base ya vista en otras producciones su atrapante trama ha dejado a más de uno sorprendido, lo que ha ocasionado que rápidamente se posicionara entre lo más visto de varios países.

El juego del calamar tiene como premisa a un grupo de personas (456 en total), todos ellos con severos problemas económicos, que compiten en un misterioso juego de supervivencia.

¿En qué se basa este concurso?

Se trata de una serie de rondas de juegos infantiles en las que el ganador se llevará una cifra millonaria, pero atención: los que pierden el juego, mueren.

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Mas allá de lo de lúdico y sádico, la serie creada y ambientada en Corea del Sur también sirve para mostrar las penurias sociales que de diversas formas afectan a algunos sectores de un país siempre exhibido como ejemplo de desarrollo y prosperidad.

El juego del calamar, tal como se muestra al comienzo del primer capítulo de la producción, es un juego típico de niños en Corea del sur. Consiste en dibujar diferentes figuras geométricas en el suelo (círculo, cuadrado y triángulo, las que en conjunto forman un calamar) allí los atacantes se enfrentan a los defensores.

Cuando los primeros logran llegar a la cabeza del calamar, uno de los defensores “muere”, se trata de una batalla de fuerza y sobrevivencia. “Siento que la Tierra es mía cuando gano”, dice uno de los niños que sirven a modo de prefacio de lo vendrá, es todo o nada.

Ese juego de niños será elevado a la enésima potencia, una cuestión donde la necesidad es tal que la vida pasa a ser simplemente un costo a pagar.

Según contó en una entrevista Hwang Dong-hyuk, creador de la serie, su meta era hacer una conexión entre los juegos nostálgicos de la infancia de Corea del Sur y la sensación de competencia sin fin que sienten los adultos modernos. La ironía, resalta, es cómo los recuerdos bellos e inocentes de la infancia, se conviertan en la realidad más espantosa.

Algunos críticos señalaron que uno de los grandes aciertos de la serie es que consigue resaltar todo lo que narra a través de juegos visuales, que no sólo involucran tomas cinematográficas, sino también el uso de colores llamativos y figuras que generan cierto eco en la mente del espectador.

Si bien las historias de juegos de supervivencia no son algo nuevo, prueba de ello es toda la franquicia de Saw, el Juego del Miedo, la particularidad de esta es que plantea juegos infantiles que poco a poco se tornarán oscuros o siniestros.

Hwang Dong-hyuk escribió “El juego del calamar” en 2008. Según ha revelado el director, se inspiró en los cómics japoneses como “Battle Royale”, “As the Gods Will” o “Alice in Borderland”, todos ellos con adaptaciones en cine o series.

En muchas de las historias citadas había algo en común, personas “económicamente desesperadas” que participaban en algún juego de supervivencia.

Entonces Dong-hyuk pensó en cómo sería llevar esta trama a la realidad de Corea del Sur, la misma en la que el propio creador padecía una desesperante situación económica.

Hoy día no es muy difícil imaginar a gente en dicha situación y el planteo que se hace seguramente interpela a más de un televidente, desde ahí o desde el morbo que provoca “El Juego del calamar” es toda una sorpresa en el catálogo de Netflix.

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