Luis Pedro Toni estudia Teologia en la UCA ubicada en Villa Devoto
La historia de Luis Pedro Toni: del pionero de los chimentos a un estudiante de teología “Mi vida ahora tiene un enfoque diferente”, dice el periodista que acompaña a Carlos Monti en “Bien arriba” en Radio 10 y estudia “dos o tres temas por año”. semestre “.
Tiene 85 años de edad. La historia de Luis Pedro Toni podría resumirse de esta manera: de la inmundicia a Dios, del entretelón al poder divino, de la conversación a la unidad superior. A los 85 años, Toni trabaja como columnista de espectáculos en Bien arriba, en Radio 10, un programa que Carlos Monti dirige los sábados del 13 al 15.
Y también estudia teología. “Mi vida ahora tiene un enfoque diferente … Sigo trabajando porque tengo que enseñar. Y soy consciente de lo que está pasando con Platense, mi equipo de amor. Pero mi verdadero interés está en otra parte.
He estudiado teología en UCA durante siete años en la sede de Concordia y José Cubas, Villa Devoto. Como estudiante gratuito, ya he aprobado más de 30 asignaturas, todas con una calificación de 6 a 8 puntos sobre 10. Curso dos o tres asignaturas por semestre. todos tienen alrededor de 60 … Ahora estoy preparando tres pruebas. Mi tesis teológica llega al titular: “Dios existe y yo también”.
El principal apoyo de la tesis es que el hombre es creado para la imagen y la igualdad de Dios “, comenzó su larga carrera como periodista en 1955 en la revista Criterio, donde, como explica, escribió “artículos firmados en la sección de Política”. Luego continuó de 1958 a 1984 en el gráfico, en este caso en el periódico La Razón.
“Competir con la televisión, lo que había causado una fuerte caída en las ventas de periódicos , el director Félix Laíño me pidió que escribiera sobre el aspecto humano de los personajes de teatro, cine y televisión: romance, entretones. .. Y fue un éxito extraordinario.
“Por lo tanto, Tony abrió nuevos caminos. “En 1966 comencé a trabajar en la radio Excelsior. Tomamos café en Tortoni y un día un fabricante me contactó.
El programa fue llamado Reporter por el programa, el mismo nombre en la revista que había sacado algún tiempo antes. “
Con un estilo directo y mucho oficio, Toni trabajó 15 años en Rivadavia junto a “los grandes maestros del micrófono”: Antonio Carrizo, Cacho Fontana, Héctor Larrea y Juan Carlos Mareco.
“También estuve en Nacional y El Mundo, y, entre otros festivales de cine, fui 16 veces al de Cannes”, señala con orgullo, como si fueran Copas Libertadores.
Cada vez con más seguidores, de la radio saltó a la televisión. Su pico de popularidad lo alcanzó en el noticiero Nuevediario, de Canal 9. “Allí estuve siete años”, suelta. “Y también estuve cinco temporadas en Polémica en el bar con Gerardo Sofovich”.
El video se puede encontrar en YouTube. Es de 1991. La columna de Toni se llama “Espectáculos y algo más”. Toni da algunas noticias de cine -su fuerte, su especialidad- y, casi sin respiro, ampuloso, con una sonrisa pícara, algo tanguera, arremete.
“¿Quién le colgó la galleta a quién? ¿Carolina Papaleo a Gustavo Sardi? ¿O Gustavo Sardi a Carolina Papaleo? Los que no se colgaron la galleta y se casan este lunes son Oscar Martínez y Mercedes Morán, que viven juntos hace tiempo pero ahora decidieron regularizar con los papeles en la mano”.
-¿Se puede decir que usted fue el primero en contar chimentos en un noticiero?
-En un noticiero, puede ser… Pero antes que yo, la pionera de los chimentos en la televisión fue la Tía Valentina.
Casado y con tres hijos, a Toni se lo vio muy triste cuando murió Lucho Avilés, en junio de este año. “Lucho fue un amigo”, explica el periodista. “Pero ya está. Ya pasó. Me invitaron a ir a hablar de él a varios programas de televisión.
Pero no quise. Yo lo traje a Lucho de Uruguay… En aquel momento, Héctor Ricardo García me ofreció trabajar con él en el diario Crónica. Pero yo estaba muy bien en La Razón. Entonces le recomendé a Lucho Avilés, que trabajaba en el diario El País de Montevideo”.
-¿Quién es el mejor chimentero del momento, Ángel de Brito?
-Sí, es un chico muy bien informado. Esta chica Calabró (por Marina) venía muy bien con estos temas, pero después se bifurcó.
-¿Jorge Rial o Luis Ventura?
-Son dos showman, buscan el lucimiento personal. Y lo hacen muy bien.
-¿Cuál fue el chimento más fuerte que usted contó?
-Muchos…
-¿Y hubo alguno que se guardó?
-También, muchos. La mayoría de los chimentos no se publican nunca. Después, con el tiempo, surgen algunos libros. Se dice, por ejemplo: “¿Usted sabe que Evo Morales tenía tal novia en la Argentina?”. Pero cuando se publica ya pasó mucho tiempo, ya es viejo…
-¿Tuvo amigos actores?
-Sí, tuve muy buena relación con Alfredo Alcón.
-Ahora, con las redes sociales, se publican situaciones que en otro momento hubiera sido impensado que salieran a la luz, como las fotos de Luciano Castro desnudo.
-No investigué el caso de Luciano… Pero muchas veces estas cosas se hacen como promoción. Los artistas se sacan toda la ropa y obtienen buenos resultados, simplemente, porque se empieza a hablar de eso. Es una forma de promoción.
-Hace un par de años tuvo un cruce muy fuerte al aire con Baby Etchecopar. ¿Cómo quedó su relación con él?
-Ya pasó. Y volvimos a tener una muy buena relación. Cuando nos encontramos en la radio, tomamos café.
-¿De dónde viene su interés por la teología?
-A fines de los años ’50, también en la UCA, me recibí de licenciado en filosofía. Y siempre me interesaron los temas teológicos. Lo hago como inquietud personal. Pero también se puede cursar para dar clases o para trabajar en alguna misión.
-¿Sus compañeros de curso le preguntan cuestiones del espectáculo?
-Sí, algunos me preguntan sobre cine… Pero yo soy uno más. En su momento, uno de los alumnos de estos cursos fue Jorge Bergoglio (el actual Papa Francisco). La teología es la ciencia de Dios.
Y a mí me apasiona. Para el diario La Prensa, donde también colaboro en la sección de “temas religiosos”, estoy armando una nota muy interesante sobre Evita, una historia de la que se sabe poco y nada: cuando murió, Evita era monja terciaria franciscana. ¿Qué significa terciaria? Que vivía fuera de los conventos.