La Ciudad impulsa talleres para potenciar perfiles digitales de personas con discapacidad auditiva
En un esfuerzo conjunto por derribar barreras y ampliar horizontes, la Subsecretaría de Discapacidad del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y la consultora Randstad llevaron adelante el 28 de agosto un taller virtual que buscó abrir puertas al mundo laboral: “Aprendé a usar LinkedIn”, una capacitación especialmente diseñada para personas con discapacidad auditiva que apunta a fortalecer la presencia digital y multiplicar las oportunidades de empleo.
“Que las herramientas digitales sean accesibles no es un beneficio, es un derecho”, expresaron desde la organización, marcando la importancia de ofrecer espacios que garanticen la equidad de condiciones en un mercado cada vez más competitivo.
El encuentro, realizado de forma online, reunió a más de treinta personas con discapacidad auditiva interesadas en perfeccionar su perfil profesional dentro de LinkedIn, la red social que hoy concentra más de 900 millones de usuarios en todo el mundo y que se ha consolidado como una de las principales vidrieras laborales.
Durante la capacitación, los participantes aprendieron desde cómo crear un perfil atractivo hasta la manera de trasladar de forma ordenada la información de su currículum a la plataforma digital.
Uno de los puntos más destacados fue la explicación sobre cómo visibilizar las propias habilidades y competencias. Muchas veces, la falta de estrategias para comunicar talentos y experiencias se convierte en un obstáculo al momento de conseguir entrevistas o ser considerados para un puesto.
En este sentido, la capacitación se enfocó en enseñar a potenciar la marca personal, a generar un perfil atractivo para los reclutadores y a desarrollar una red de contactos estratégicos.
Desde Randstad subrayaron que la inclusión laboral no debe limitarse a dar acceso a entrevistas o capacitaciones, sino que implica también brindar las herramientas para competir en igualdad de condiciones.
“El empleo es un puente hacia la independencia y la dignidad. Si no acercamos la tecnología a todos, perpetuamos la desigualdad”, señalaron los referentes de la firma.
Además del armado del perfil, se trabajó en la importancia de la actualización constante y en la interacción dentro de la red.
LinkedIn no solo funciona como un currículum online, sino que permite compartir logros, publicar reflexiones, interactuar con colegas y mantenerse al día con las tendencias de cada sector.
Los capacitadores remarcaron que estas acciones aumentan la visibilidad y favorecen la posibilidad de ser contactado por empresas que buscan talento.
La accesibilidad fue un eje transversal del taller. El encuentro contó con intérpretes de Lengua de Señas Argentina y subtitulado en tiempo real, lo que garantizó que todas las personas participantes pudieran seguir las explicaciones sin dificultad.
Según los organizadores, la idea es replicar este tipo de iniciativas en otros ámbitos profesionales, entendiendo que la inclusión no se agota en un único taller, sino que requiere continuidad y compromiso sostenido.
Los testimonios de quienes participaron resultan reveladores. Algunos destacaron que nunca habían considerado la importancia de la foto de perfil o de la forma de redactar la sección “Acerca de”, y que el taller les permitió comprender cómo pequeños detalles pueden marcar una gran diferencia en la percepción que tienen los empleadores.
Otros resaltaron que esta fue la primera vez que sintieron que un espacio de capacitación estaba pensado íntegramente para sus necesidades.
En la Argentina, se estima que más del 10% de la población tiene algún tipo de discapacidad. Sin embargo, la tasa de desempleo en este grupo es significativamente mayor al promedio general.
Según datos del INDEC, menos del 30% logra insertarse en el mercado formal, una cifra que revela la necesidad de políticas públicas y acciones privadas que favorezcan la inclusión. En este contexto, talleres como el organizado por BA Discapacidad y Randstad se transforman en una herramienta concreta para achicar la brecha.
Más allá de los números, lo cierto es que la empleabilidad está cada vez más ligada a la capacidad de construir una identidad digital sólida.
Las empresas buscan candidatos en redes, analizan su presencia online y consideran fundamental la forma en que cada persona comunica quién es y qué puede aportar.
Es por eso que, más allá de la discapacidad auditiva, el conocimiento sobre cómo moverse en plataformas como LinkedIn se vuelve crucial para cualquier trabajador.
La Ciudad de Buenos Aires, a través de su Subsecretaría de Discapacidad, viene impulsando distintas iniciativas destinadas a promover la accesibilidad digital y la inserción laboral.
Este taller se suma a una serie de capacitaciones que incluyen temáticas vinculadas a nuevas tecnologías, habilidades blandas y derechos laborales, siempre con el objetivo de equiparar oportunidades.
Quienes participaron salieron con un aprendizaje práctico: no solo cómo “armar” un perfil, sino también cómo transformarlo en un espacio dinámico que funcione como carta de presentación y que, con el tiempo, pueda abrirles puertas a entrevistas y contrataciones reales.
En tiempos en que la competencia es feroz y donde los algoritmos deciden qué perfiles aparecen primero ante un reclutador, saber optimizar cada detalle marca la diferencia.
En definitiva, este taller fue un paso más en la construcción de un camino hacia la verdadera inclusión. Porque no alcanza con decir que todos tienen derecho a trabajar: hace falta generar las condiciones para que ese derecho se ejerza de manera plena y concreta. Y en ese sentido, la articulación entre el Estado y el sector privado muestra resultados alentadores.
El futuro laboral para las personas con discapacidad depende en gran medida de estas iniciativas, que combinan formación, accesibilidad y compromiso real.
Como periodista, creo que es clave contar y difundir estas experiencias, porque detrás de cada capacitación no hay solo cifras ni estadísticas: hay proyectos de vida, sueños de independencia y, sobre todo, la necesidad de que la sociedad entera entienda que la inclusión no es una concesión, sino un deber.
El taller dejó algo más que conocimientos técnicos: dejó la certeza de que, con voluntad y trabajo conjunto, la inclusión puede dejar de ser una palabra para convertirse en una realidad palpable.