El Subte D funcionará hasta la madrugada por el River–Libertad
Mañana, jueves 21 de agosto, la Línea D del subte tendrá un servicio especial nocturno para acompañar la desconcentración del partido de Copa Libertadores entre River Plate y Libertad en el Estadio Monumental.
La medida apunta a garantizar que los hinchas puedan regresar a sus hogares de manera más rápida y ordenada, en una jornada que promete una masiva concurrencia.
“Nos alegra seguir implementando este tipo de medidas que le facilitan la vida a la gente. Por eso decidimos extender el horario del subte, que permite llegar a gran velocidad a distintos puntos de la ciudad, evitando las demoras propias que se dan a la salida de estos eventos”, explicó Javier Ibañez, presidente de Subterráneos de Buenos Aires S.E. (SBASE).
El esquema funcionará de la siguiente manera: si el encuentro finaliza en los 90 minutos reglamentarios, el último tren saldrá a la 1 de la madrugada desde la estación Congreso de Tucumán, la más cercana al estadio.
En caso de que el partido se defina por penales, el servicio se estirará hasta la 1.30. La decisión busca evitar la saturación en las inmediaciones de Núñez y dar a los simpatizantes una alternativa eficiente al transporte automotor.
No todas las estaciones de la Línea D estarán abiertas. Como ya sucedió en ocasiones anteriores, se seleccionaron puntos estratégicos para el descenso: Olleros, Palermo, Pueyrredón y 9 de Julio. La única excepción es Plaza Italia, que permanece cerrada por obras de renovación integral.
Estos nodos fueron elegidos teniendo en cuenta el caudal de pasajeros previsto y su conexión con otros medios de transporte, como colectivos y trenes.
La experiencia no es nueva. Desde diciembre pasado, el subte viene ensayando extensiones horarias en diferentes circunstancias. Primero fue en la Línea B, como una prueba piloto los viernes de verano, y ante la buena recepción de los usuarios se decidió ampliarlo a los sábados a partir de marzo.
A esto se sumaron operativos especiales para desconcentrar partidos de la Selección Argentina y grandes recitales en la Ciudad, como Buenos Aires Trap, Los Piojos y La Renga.
El transporte público de Buenos Aires arrastra un viejo debate:
¿debe funcionar hasta más tarde como en otras capitales del mundo?
Para muchos usuarios, el cierre temprano del subte —habitualmente poco después de las 23— es una limitación que complica la vida cotidiana, especialmente en jornadas de eventos culturales, deportivos o artísticos. La medida implementada para este River–Libertad vuelve a poner sobre la mesa esa discusión.
Según datos oficiales, en cada desconcentración masiva que se organiza un operativo de este tipo, el subte llega a movilizar hasta un 25% más de pasajeros de lo habitual en la franja nocturna.
Además, el uso de transporte público en lugar de vehículos particulares ayuda a reducir la congestión de tránsito en zonas sensibles y disminuye los niveles de contaminación sonora y ambiental.
“No se trata solo de un beneficio para los hinchas, también es una política que mejora la movilidad urbana en su conjunto”, señalan desde SBASE.
En lo personal, como cronista que sigue de cerca estos operativos, me resulta evidente que el cambio cultural que propone el Gobierno porteño va más allá de un partido o un recital.
Se está ensayando un modelo de ciudad donde el transporte público gane terreno frente al auto, y donde la planificación se adapte a los horarios reales de la gente. No es un detalle menor: los que vivimos en Buenos Aires sabemos lo difícil que es moverse de madrugada sin gastar fortunas en taxis o aplicaciones.
Por supuesto, no faltan las críticas. Hay quienes sostienen que la extensión horaria no deja de ser una medida aislada, y que el verdadero paso adelante sería un cronograma estable de subte hasta la medianoche o más tarde todos los días.
En ciudades como Madrid o Ciudad de México, los subtes operan entre la 1 y las 2 de la mañana de forma habitual. Incluso en Santiago de Chile, donde la red es más pequeña, el horario se amplía en ocasiones especiales sin necesidad de comunicados de último momento.
La iniciativa, sin embargo, también refleja un dato alentador: el transporte público puede ser parte de la fiesta. Así como el Monumental se prepara para albergar a miles de hinchas, la Línea D también lo hace, como un engranaje más de la experiencia.
Y quienes hemos tomado alguna vez el subte después de un recital o un partido sabemos que, aunque los vagones estén repletos, la sensación de seguridad y rapidez compensa cualquier incomodidad.
En definitiva, lo que se pondrá a prueba este jueves no es solo un operativo de desconcentración: es la capacidad de la ciudad para pensar su movilidad de manera inteligente, sostenible y a la altura de los grandes eventos internacionales.
Quizás, como sucede con las pruebas piloto, la respuesta de la gente termine empujando a las autoridades a convertir lo excepcional en rutina.
La extensión horaria del subte por el River–Libertad es una buena noticia para hinchas y vecinos. Pero más allá del partido, la verdadera discusión es si Buenos Aires está dispuesta a dar un salto en su política de transporte y ofrecer un servicio nocturno estable que responda a las necesidades de una ciudad que nunca duerme.