Una ciudad y dos realidades distintas

La tensión política entre Nación y Provincia con la Ciudad de Buenos Aires sigue encendida tras la modificación de los recursos coparticipables para crear el Fondo de Fortalecimiento Financiero Fiscal. Mientras tanto, Argentina y el mundo entero siguen enfrentando una pandemia que aún no tiene cura y sigue agudizando los problemas estructurales, los heredados y los nuevos desafíos. Horacio Rodríguez Larreta y Axel Kicillof volvieron a conversar para definir cómo plantean la nueva etapa de “aislamiento” en el AMBA.

Si bien es cierto que en la región metropolitana la curva de casos muestra cierta calma en las últimas semanas, también es real que no ha decrecido y la tasa de mortalidad todavía es alta, de hecho la Ciudad tiene el promedio de mayor mortalidad luego de Río Negro.

Frente a la promoción de las libertades y las nuevas aperturas que realiza el Gobierno porteño, las imágenes de las últimas semanas evidencian que la Ciudad vive dos realidades paralelas: un sistema sanitario agotado y al límite y la puesta en marcha de un plan de reactivación de actividades que parecieran negar la vigencia de la pandemia.

Por otra parte, el Covid-19 vino a evidenciar, entre otras cosas, el déficit que padece la Ciudad de Buenos Aires en relación a la cantidad de espacio verde disponible por habitante, teniendo apenas la tercera parte de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En el mismo sentido, la promesa de convertir a la Ciudad en una urbe sustentable está más lejos que nunca y con el sistema de Ecobici en manos privadas, el sur está aún más castigado.

DOS REALIDADES, UNA SOLA CIUDAD

La Ciudad de Buenos Aires es el distrito con más casos de coranavirus cada 100 mil habitantes, pero desde el Gobierno porteño insisten con el plan aperturista argumentando que “el 70% de lo que ocurra” depende de la responsabilidad individual. El ministro de Salud, Fernán Quirós, defiende la estrategia oficial y asegura: “No pensamos dar marcha atrás con la apertura de bares”.

La postura del ministro fue cuestionada por su par bonaerense, Daniel Gollán y el propio Ministro de Salud nacional, Ginés González García que pidió una actitud más solidaria de la Ciudad respecto a lo que está viviendo el resto del país y consideró que las actitudes aperturistas “no se condicen con el grado de la pandemia en Argentina”. Los terapistas, con cansancio y enojo, acompañaron la disidencia con el plan del oficialismo porteño y reiteraron el alerta de colapso de los sistemas de terapia intensiva.

Señalaron, entre otros puntos, que en los hospitales se están utilizando otras áreas para estas prácticas, como por ejemplo de cardiología. En torno a las aperturas, en el sector están muy preocupados porque consideran que no es apropiado abrir bares en este contexto.

En los últimos días, los trabajadores de la salud se concentraron frente al Hospital Moyano para reclamar por paritarias y pedir elementos de protección personal en las tareas de atención y cuidado. Además recordaron a Ester Agüero, otra enfermera que falleció de Covid-19 trabajando en la primera línea de fuego en la lucha contra el virus.

Mientras, la Ciudad reiteró que no hará una reconsideración de la flexibilización, por el contrario, está enfocada en mantenerla y en todo caso intentar controlar las aglomeraciones. Insiste con su objetivo y piensa en abrir más actividades de esparcimiento, incluso se sumarían a este esquema las terrazas y los patios.

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