La Línea B incorporará trenes con cámaras y pantallas informativas
En una decisión que marca un antes y un después para el sistema de transporte de la Ciudad de Buenos Aires, Subterráneos de Buenos Aires (SBASE) adjudicó la licitación para la compra de 174 coches 0 kilómetro con aire acondicionado destinados a la Línea B, la más utilizada del sistema con un promedio de 180 mil usuarios diarios.
La operación, que demandará una inversión de más de 301 millones de dólares, representa la mayor renovación de material rodante en la última década.
“Estamos dando un paso histórico para mejorar la vida de los vecinos y de todas las personas que visitan nuestra ciudad”, sostuvo el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri. “Van a poder viajar más cómodos y seguros, con trenes modernos”, afirmó, destacando que esta adquisición se suma a la compra de 40 coches para las líneas A y C.
La licitación fue adjudicada a la empresa CRRC Changchun Railway Vehicles Co. Ltd, que resultó ganadora por cumplir con todos los requisitos técnicos y ofrecer la propuesta económica más favorable entre las participantes.
La inversión total asciende a 301.592.592,20 millones de dólares, lo que posiciona esta operación como la más grande en material rodante de los últimos diez años para la Ciudad.
Según informó SBASE, la primera formación estará en funcionamiento durante el primer trimestre de 2027, marcando el inicio de una transformación integral de la Línea B, que actualmente opera con formaciones de entre 20 y 60 años de antigüedad.
Los nuevos coches llegarán con aire acondicionado, cámaras de seguridad, iluminación LED antivandálica, información visual y sonora para pasajeros y asientos longitudinales.
También estarán adaptados para funcionar con sistemas de señales modernos como los implementados en las líneas D y H, lo que permitirá reducir los intervalos entre formaciones y mejorar la frecuencia general del servicio.
Actualmente, la Línea B opera con dos tipos de trenes: los históricos Mitsubishi, con un promedio de 60 años de servicio, y los más recientes CAF 6000, con más de 20 años de uso.
La estandarización del material rodante no solo mejorará la experiencia de los pasajeros sino que simplificará los procesos de mantenimiento, haciendo el servicio más eficiente y confiable.
La llegada de las nuevas unidades también exigirá una transformación técnica de gran escala. Una de las obras clave será el incremento en la potencia de las líneas eléctricas, que pasarán de 600 a 1.500 voltios, lo cual permitirá operar con una tecnología más moderna, eficiente y sustentable.
Además, se renovarán las vías y los aparatos de vía, completando una puesta a punto integral del sistema.
Estas obras de infraestructura no solo acompañarán la llegada de los nuevos trenes, sino que resultan fundamentales para garantizar su operatividad óptima y sostener el crecimiento del sistema a largo plazo.
Según SBASE, esta modernización es parte de una estrategia más amplia para consolidar un subte más confiable, seguro y cómodo, a la altura de las principales capitales del mundo.
Desde el punto de vista del usuario, la renovación de la flota promete una experiencia de viaje completamente transformada, con mayor confort, seguridad y regularidad.
La mejora en frecuencia será especialmente significativa en horas pico, cuando los trenes circulan con mayor carga y el servicio tiende a saturarse.
Además, la mejora en la eficiencia energética, sumada al reemplazo de trenes obsoletos por unidades de última generación, representa un paso firme hacia un transporte público más sustentable y comprometido con la reducción de emisiones y el uso racional de la energía.
Por su parte, los gremios del sector celebraron la medida, aunque advirtieron sobre la necesidad de garantizar condiciones laborales acordes a los cambios técnicos y operativos que traerán aparejados los nuevos trenes.
“Es una buena noticia para todos, pero también exige planificación para que el proceso de transición no afecte a los trabajadores”, señalaron desde la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y el Premetro (AGTSyP).
La decisión del gobierno de Jorge Macri de avanzar con esta inversión no es menor. En un contexto económico desafiante para el país, la adjudicación de una compra de esta magnitud implica una fuerte apuesta política y estratégica por el transporte público como pilar de la conectividad urbana.
Macri busca posicionar a su gestión como una continuidad modernizadora de lo iniciado en los últimos años, y esta renovación del subte —aunque los resultados se vean a partir de 2027— será, sin dudas, un legado de alto impacto en la calidad de vida urbana.
El anuncio también se da en medio de debates sobre la transferencia de la red de subterráneos al gobierno nacional o la posibilidad de concesionar su operación, discusiones que podrían verse influenciadas por la magnitud de esta inversión pública.