Cayó en Barracas un prófugo acusado de un femicidio en Florencio Varela
La Policía de la Ciudad concretó en las últimas horas una detención que pone fin a una prolongada búsqueda judicial: en el barrio de Barracas, cayó un hombre que permanecía prófugo y estaba acusado de homicidio agravado por el vínculo y tentativa de homicidio doblemente agravada, en un grave contexto de violencia de género.
La captura se produjo tras meses de investigación y seguimientos, y representa un avance clave para el esclarecimiento de un crimen que conmocionó al conurbano bonaerense.
“Era un objetivo prioritario por la gravedad de los hechos y por el riesgo que implicaba su permanencia en libertad”, deslizaron fuentes del caso al describir el operativo que culminó en la intersección de Iguazú e Iriarte, donde efectivos de la División Homicidios lograron reducir al sospechoso sin que se registraran incidentes.
Sobre el imputado pesaba un pedido de captura vigente y una recompensa ofrecida por el Ministerio de la Nación, elementos que habían reforzado la búsqueda y la cooperación entre fuerzas.
El procedimiento fue el resultado de una pesquisa minuciosa que permitió reconstruir el derrotero del acusado durante su período de fuga.
Según la información oficial, el hombre se ocultaba en el Barrio 21-24 Zavaleta, donde alternaba su permanencia entre centros comunitarios y comedores.
Para evitar ser identificado, había modificado su apariencia física, una maniobra frecuente entre personas prófugas que intentan diluir su rastro en zonas de alta circulación y anonimato. Sin embargo, el cruce de datos, la observación encubierta y el trabajo territorial terminaron por delatarlo.
El acusado era intensamente buscado por un hecho ocurrido el 12 de octubre de 2023 en una vivienda del barrio El Parque, en Ingeniero Allan, partido de Florencio Varela.
Aquella noche, una joven de 19 años fue asesinada y una mujer de 36 resultó gravemente herida tras un ataque con arma blanca.
La violencia del episodio, enmarcada en un vínculo previo entre víctima y agresor, derivó en la calificación legal más severa y activó de inmediato los mecanismos de búsqueda.
De acuerdo con los investigadores, la escena del crimen y los testimonios recolectados permitieron reconstruir una secuencia de extrema violencia, con lesiones múltiples y un intento de homicidio adicional que no se consumó por circunstancias ajenas a la voluntad del atacante.
Las pericias médicas y forenses fueron determinantes para sostener la acusación y para encuadrar el caso dentro de los parámetros de violencia de género, un flagelo que continúa mostrando cifras alarmantes en el país.
La captura fue posible gracias a un trabajo conjunto entre la División Homicidios de la Policía de la Ciudad y la Dirección de Delitos Complejos y Crimen Organizado de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, una articulación interjurisdiccional que se vuelve cada vez más necesaria ante delitos de alto impacto y prófugos que se desplazan entre distritos.
Este tipo de coordinación, destacan fuentes judiciales, optimiza recursos y acelera los tiempos de respuesta frente a hechos graves.
En el plano judicial, interviene el Juzgado Nacional de Rogatorias, a requerimiento de la Justicia bonaerense, que ahora deberá avanzar con las diligencias de rigor para el traslado del detenido y la continuidad del proceso penal.
La causa se encamina así a una nueva etapa, con el imputado ya a disposición de los tribunales y con la expectativa de que se profundicen las pruebas reunidas durante la investigación.
Más allá del impacto puntual de la detención, el caso vuelve a poner en primer plano la problemática de la violencia de género y la necesidad de respuestas estatales integrales.
Las estadísticas oficiales muestran que los femicidios y las tentativas continúan siendo una deuda pendiente, y que la prevención temprana, la protección efectiva de las víctimas y la persecución sostenida de los agresores son ejes centrales para evitar desenlaces fatales.
El cierre de esta etapa investigativa no borra el daño causado, pero sí reafirma la importancia del trabajo coordinado entre fuerzas y del compromiso judicial para que los crímenes no queden impunes.
Con el sospechoso detenido, la causa avanza hacia el juzgamiento, en un camino que busca aportar una respuesta institucional frente a hechos que golpean de lleno a la sociedad.