Se alquilan Invitados para casamiento
Es lo que hace una empresa japonesa para cubrir “faltantes” sin descuidar las apariencias.
El servicio abarca desde damas de honor y amigos sustitutos hasta padres, que cuestan unos 275 dólares.
La empresa japonesa Heart Project (Proyecto Corazón) alquila desde padres hasta amigos sustitutos a los novios que necesiten cubrir esos roles en sus bodas y a todas las personas que quieran sumar integrantes a alguna de sus fiestas familiares.
“No queremos que los clientes usen nuestro servicio como una muleta emocional”, aclara Ryuichi Ichinokawa, a cargo del proyecto, que cobra 30 mil yenes (unos 275 dólares) para rentar un “padre”, otros 15 mil para invitados y 5 mil en el caso de que tenga que dar el típico discurso de las fiestas de casamientos,
Los clientes que pagan el servicio son jóvenes de entre 20 y 40 años y una cuarta parte de las contrataciones se relaciona con bodas, pero la mayoría las absorben los “padres” que hacen falta cuando los novios presentan por primera vez a sus familias (30-40 por ciento), consignó un cable de la agencia Bloomberg.
“Tomo cada trabajo asumiendo que sólo prestaré el servicio una vez. En la cultura japonesa hay una preocupación excesiva por las apariencias y por cómo uno es visto por los otros.
A veces la gente acude a nosotros simplemente por vanidad.
Un chico le dice a sus padres que tiene novia, pero entra en pánico porque es mentira”, explica Ichinokawa.
En la cultura japonesa hay una preocupación excesiva por las apariencias y por cómo uno es visto por los otros.
A veces la gente acude a nosotros simplemente por vanidad ”
Cuando empezó con su proyecto, planeó hacerlo solo, él mismo desempeñar el rol de padre para las personas criadas por una madre soltera y casos parecidos, pero sus clientes empezaron a solicitarle mujeres, hombres más jóvenes o un hombre de 60 años.
“Así es que publiqué una nota en mi web buscando gente. Todas las personas que trabajan para mí son aficionados.
Tengo más de 100 ahora. Nunca los entrevisto personalmente.
Todo lo hacemos por Internet, por correo electrónico y teléfono”, aclara.
El proyecto toma la información básica del candidato, su disponibilidad, habilidades y apariencia.
Ante una solicitud de cinco damas de honor para un boda, por ejemplo, si todas son muy lindas despierta sospechas, así que, en ese sentido, Ichinokawa prefiere confundir a los clientes, que le pueden pedir hasta 30 ó 40 personas por boda.
Antes de iniciar este negocio, el empresario abrió un sitio web que ofrecía asesoramiento de personas por correo electrónico por 3.000 yenes por mensaje.
“Recibí muchos correos electrónicos al principio, un par de cientos de personas preocupadas por la cirugía, mujeres que querían hablar sobre su imagen corporal y apariencia.
Entonces un conocido me pidió que apareciera en una boda.
El novio necesitaba a alguien para dar el mejor discurso.
Por supuesto, nunca había conocido al tipo. El novio escribió el discurso para mí. Yo tenía 30 años.
Me fue bastante bien, y agregué ese servicio a la web”, recuerda.
La gente que acude a Proyecto Corazón a menudo no tiene nadie más a quien consultar.
“Somos su último recurso. Hay veces en que me pregunto: ¿Qué pasa si no ayudo a esta persona?
Tal vez sólo pase un momento de verguenza, o tal vez sufra un daño más serio y duradero”, confiesa.